¿Quiénes somos?
Nuestro centro pertenece a una Institución con más de trescientos años de experiencia docente repartida por todo el Mundo. Su pedagogía siempre ha estado centrada en el alumno, punto de partida y de llegada en un proyecto de calidad.
El Colegio La Salle San Ildefonso abre sus puertas para recibir a sus primeros alumnos en la Calle San Vicente Ferrer.
El Colegio se traslada a sus instalaciones actuales en la Avenida La Salle, 3 de Santa Cruz de Tenerife.
Comienza a funcionar en nuestro Centro el COU Intercolegial.
Arranca el Bachillerato en nuestro Centro, permaneciendo hasta la actualidad con las diferentes transformaciones legislativas.
En octubre de 1910 los Hermanos de las Escuelas Cristianas llegaban a Santa Cruz de Tenerife. Unos meses más tarde, el 6 de enero de 1911, abría las puertas el Colegio La Salle San Ildefonso, situado en la calle San Vicente Ferrer. Desde los primeros 38 alumnos que ocuparon las aulas en el nuevo Colegio hasta el día de hoy, con más de 1500 alumnos, muchos son los cambios que se han ido sucediendo.
La historia del Colegio trasciende las meras modificaciones físicas producidas sobre sus paredes y terrenos. Hablar del Colegio La Salle San Ildefonso es hacerlo de los diferentes retos que nuestro Centro ha intentado abordar ante las demandas de una sociedad cambiante y exigente. En estos últimos cien años la vida e historia de nuestro Colegio y de Santa Cruz de Tenerife han ido de la mano: todo un pasado entretejido en común y un futuro que nos brinda la oportunidad de afrontarlo unidos. A pesar de todos los cambios sociales, culturales, políticos, económicos y educativos, el carisma de San Juan Bautista de La Salle se ha mantenido como raíz y urdimbre siempre presente en el cotidiano quehacer, convirtiéndose en un elemento común y dinamizador a lo largo de todo este tiempo.
En este hacer diario de profesores, personal de administración y servicios, catequistas y Hermanos se ha ido construyendo nuestro colegio. Todos han hecho posible que el sueño de La Salle fructificara en miles de alumnos, hoy hombres y mujeres que constituyen el motor de nuestra sociedad. Este ejercicio creativo sobrepasa las fronteras de nuestra ciudad, extendiéndose la semilla de esta labor educativa por toda la isla y el archipiélago.